El vehículo empleado en el servicio de fregado de aceras dispone de un sistema de cepillos de dureza adaptable y de un sistema de secado mediante aspiración. El buen funcionamiento de estos dos sistemas es básico para obtener un acabado óptimo. Además, suelen tener al menos dos depósitos, uno para el agua limpia, que se va mezclando con el detergente que se aplique y otro para el agua sucia que se va recogiendo. El suministro de agua es similar al que se realiza para las barredoras mecánicas y vehículos auxiliares de baldeo, es decir, a través de bocas de riego.
Existen gran variedad de vehículos fregadoras, desde las que incorporan un sistema de barrido incluido, hasta las que disponen de un sistema de aspiración de agua sucia tan potente que consigue el secado inmediato del acerado.